Lo barato sale caro

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¡Nunca olvides que las soluciones baratas pueden costar caro!

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¿De dónde viene el miedo a equivocarse? Tal vez del hecho de no darle importancia a las consecuencias de lo que se haya hecho o dicho vaya a traer. O la simple noción de que la maldad está en quien oye y no en quien dice.

Sea de donde sea, notamos en el mundo corporativo una necesidad excesiva de explicar lo explicado por aquellos que no poseen suficiente experiencia. ¿Y qué es lo que la experiencia nos trae? ¡Puedo afirmar que, entre muchas cosas, se encuentra la falta de miedo a equivocarse!

Resumiendo: una persona experimentada se equivoca, pero sabe que se equivocó, acepta el error y resuelve el problema sin miedo a equivocarse de nuevo.

Barato, pero caro

Ya la tal ‘crisis fantasmagórica’ que asola a algunos países es percibida por algunos como la manera de erradicar la experiencia, manteniendo la solución ‘sin gastar tanto’, pero con mucho miedo a equivocarse. ¿Y cuánto cuesta ese error? Hoy: barato. Mañana: caro.

Buscar soluciones ‘baratas’ y no conscientes no siempre es el mejor camino a ser tomado en un mercado basado en el miedo al error y en la espera de los errores ajenos. Mucho más profundo que saber ahorrar en tiempo de crisis es saber cuánto va a costar esa economía.

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Una economía descuidada, ya sea desechando a un profesional experimentado a cambio de una solución casera simple, o la reducción en la calidad de los servicios, o la reducción de la calidad de los productos para enfrentar a la competencia, puede resultar muy costoso a largo plazo, y el tiempo es implacable y absolutamente ignorante en relación a tu miedo a equivocarte o no. Lo barato acaba siempre saliendo más caro. La solución económica se hace a partir del momento en que se está seguro de que la calidad (sea de la persona, producto o servicio) será mantenida. Al no respetar este simple parámetro de la vida corporativa, espera la cuenta, pues seguramente vendrá.

Cortando los costos

Entre las decisiones más comunes para ahorrar, la más idiota que he visto es ¡cortar el café! Como si el café fuera el culpable por las decisiones erróneas tomadas en la administración del negocio y cualquier subalterno que de él hiciera uso se volviera tonto en ese instante. Sin embargo, esto se hace con frecuencia en varios tipos de empresa. La cuestión “corta el salario más alto y contrata a otro más barato” está entre mis favoritas. Aquella famosa frase “¿qué tal cortar tus ganancias a la mitad?” también es excelente. Como si pudiéramos decir: “¡Claro! ¡Por supuesto! Hoy, en mis e-mails, voy a escribir solamente consonantes para no desgastar mis neuronas”. O aún: “Mira: esta semana voy en muletas para ahorrar mi pierna derecha”.

La economía se crea con mayor inteligencia, intentando caminos nuevos cada vez que los que conocemos se encuentren bloqueados o impedidos. La economía se implanta para ser mantenida y siempre en la búsqueda de mejores resultados y no para ‘tapar un agujero’ o servir de salvavidas. Por lo tanto, antes de cortar el café, piensa cuánto ahorrarás en los valores y cuánto eso costará en la relación.

Al final, la experiencia nos muestra que, lo que muchos llaman economía, en realidad no es más que el miedo a equivocarse.

 

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