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Salud: Creencias limitantes en el mercado de la música

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Tú que eres músico y/o vives con músicos respóndeme esta pregunta: ¿Has escuchado historias en las que se cuestiona la profesión de músico? 

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Cosas como: “Soy músico y la persona dice: Pero ¿con qué trabajas?” Profundicemos. Otras cosas comunes de escuchar son: ser músico no es una profesión, porque no estás buscando un trabajo real, y así sucesivamente.

Si llega una persona desconocida y te dice eso, probablemente lo ignores, ya que nunca lo viste antes, por lo que su opinión no importa. Sin embargo, cuando escuchamos este tipo de cosas de una persona que nos importa, las consecuencias pueden ser mucho mayores. Cuando tenemos intimidad con una persona, le damos una llave para acceder a nuestras emociones, de las que hablaremos más adelante, pero no puedo evitar darte una alerta. Cuidado, no le des esa llave de intimidad a nadie.

¿Qué son las creencias?

Cuando una persona que nos importa dice algo así, hay más posibilidades de crear una creencia. Pero, ¿qué son las creencias? De manera simplificada podemos decir que son verdades individuales, cosas que subconscientemente (o no) creemos de manera convincente, sin ni siquiera saber si eso de hecho existe o es cierto, y esto es capaz de definir diferentes direcciones de nuestra vida, impidiendo la acción y/o sirviendo como justificación de los actos, es decir, nuestras creencias están detrás de nuestro comportamiento y determinan nuestras acciones.

Básicamente se pueden crear de dos maneras: por repetición, cuando escuchamos o vemos ese evento muchas veces podemos llegar a creer firmemente que es cierto, o por un fuerte impacto emocional, como un evento traumático en la niñez.

Como todo en la vida, siempre hay dos lados. Aquí hablaremos sólo del lado negativo, que tiene más sentido con el contexto aquí expuesto. Entonces hablaremos de creencias limitantes, que como su nombre lo dice, nos impiden realizar una determinada acción, incluso antes de intentarlo porque esta acción está inconscientemente bloqueada.

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Imagina una familia muy necesitada, donde uno de los hijos es un artista que tiene sueños grandiosos, pero escucha repetidamente de sus parientes que eso es imposible, que sólo los ricos pueden lograr esa vida y que necesita dejar de soñar y trabajar, de lo contrario no será nada en la vida. Después de escuchar tanto esto, termina conformándose y se convence de que realmente no es posible, es decir, su sueño muere allí.

Ahora volviendo a la pregunta inicial, imagina a un músico que creció escuchando que el músico no era una profesión, ¿qué creencias limitantes crees que creó? Hoy posiblemente reclame por no tener una mejor planificación y por no haber podido construir algo que quería, pero en el fondo tiene una justificación, “la música no es una profesión, es un mercado muy difícil e informal, por eso no pude hacerlo”. 

Cuando una madre le dice a su hijo que no será nada en la vida, que es un “burro”, esto puede tener consecuencias, porque si se crea una creencia, el niño probablemente de hecho no será nada en la vida, porque ha programado su mente para ello. De esa manera la madre acaba de ayudar a crear algo que ella no quería, un hijo fracasado, y por eso varios investigadores creen que no es el evento lo que perturba, sino las creencias y expectativas vinculadas a él. Éste es un caso típico de una creencia de mérito, ya que el niño, por mucho que pueda progresar en la vida, siempre se sentirá indigno de ello. Incluso en su punto máximo, no se sentirá 100% bien, como si fuera errado de alguna manera.

Veamos algunos ejemplos: “El dinero está sucio, no pongas tu mano en él, hijo”. Si el dinero está sucio, entonces no es bueno, ¿quieres tener algo que no es bueno? Muchas personas tienen problemas económicos y no saben por qué, pero en el fondo piensan que “el dinero no trae la felicidad”. “Mira ese rico, debe haber robado mucho para tener ese auto”, “Mira qué artificial” y varios otros términos que dicen que tener dinero no es bueno. Vayamos al lado lúdico, ¿qué superhéroe, excepto Batman y Iron Man, es rico? La sociedad sin saberlo acaba imponiendo límites, haciéndonos creer que el hecho de tener dinero nos convierte en una mala persona, siendo que él sólo realza lo que somos en nuestra esencia.

Es importante mencionar que no eliminamos creencias, sino que las reemplazamos. Hay varias formas de lograr esto, a continuación se muestra un cuadro simple que ilustra una de las herramientas para lograr este proceso. Un evento genera un pensamiento negativo que crea un efecto no deseado. No siempre tenemos el control del evento, pero sí podemos tomar el control de nuestros pensamientos, cambiando considerablemente los efectos, haciéndolos positivos para lograr mejores resultados, que a su vez prueban y refuerzan las creencias.

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Ser músico no es una profesión. ¿La persona que te dijo eso tenía un conocimiento profundo para hacer tal declaración? Tal vez intentaba protegerte con los recursos que tenía. En este ejemplo, creamos un nuevo significado para el evento, porque si la persona que habló “no sabe de qué está hablando”, ¿por qué creerle? Si la sociedad dice eso, entonces hay un consenso de que existe una dificultad en este mercado, con esto en mente, ¿qué deberías pensar? “¿No tendré éxito porque este mercado es malo, o tendré que intentar dedicarme más, porque no quiero ser como esta gente?”. El primer ejemplo genera un resultado negativo, donde la persona se convierte en víctima de la situación, mientras que en el segundo, la persona identifica la creencia, modifica su pensamiento utilizando esta dificultad como palanca para lograr los resultados esperados. ¿Es tan fácil como parece? En parte. Algunas personas logran llevar a cabo esta reprogramación por sí mismas, pero en gran parte, necesitan que los acompañen y ayuden.

Tenemos muchas creencias, necesitamos identificarlas para que podamos reflexionar si cada una tiene sentido o si nos están impidiendo algo. En el caso de estar impidiendo, el primer paso es intentar identificar el evento que lo originó y tratar de extraer un significado diferente. Recuerda, tienes que ser el capitán de tu vida, no el pasajero. Toma el control y programa tu mente para lograr resultados extraordinarios. No dejes que los pensamientos saboteadores te impidan hacer realidad tus sueños, y ése será el tema de nuestro próximo texto: El ciclo del autosabotaje.

*Autor: Tiago Rausini, especialista en desarrollo humano y análisis de comportamiento, con certificaciones internacionales en las áreas de Coaching y PNL. Graduado en marketing con especialización en inteligencia de mercado orientada a resultados y desarrollo de productos, marcas y servicios. Gerente comercial y de marketing en Luen, trabajando en otras compañías importantes en el segmento de la música durante los últimos 12 años. Fundador y formador del Instituto Kocsi. Instagram: @kocsi.oficial / E-mail: tiagodaniel@gmail.com

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