5 años de Behringer

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Música & Mercado fue a ZhongShan, China para cubrir el aniversario de Behringer

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El 29 de enero, el equipo de Música & Mercado se embarcó hacia Behringer City, un complejo de ocho edificios, cantinas, manzanas enteras dedicadas a deportes  y a dormitorios para los empleados, totalizando más de 185 mil m2 – para conmemorar los cinco años de la empresa en China. Cuando se habla de Behringer, en Brasil o en cualquier parte del mundo, las palabras costo y beneficio están directamente relacionadas. O como ellos mismos aseveran: “Trabajo doble a mitad de precio”.

La marca alemana, creada en 1989, es uno de los pocos ejemplos mundiales de éxito rápido, contrariando las apuestas de la competencia que aseguraba que la empresa no duraría  mas de tres años. Uli Behringer, Chairman y creador de la marca,  es un hombre de visión y agresividad comercial poco común.

Tal vez por eso haya sido rechazado y combatido por la competencia. En los ’90, la empresa incluso hubo de defenderse de un proceso millonario y de la reputación de copiar patentes del proyecto de las mesas Mackie. “No nos ganaron”, revela Michael Deeb, CEO de Behringer a Música & Mercado.

El hecho es que la empresa fue la primera compañía no oriental, a darse cuenta del potencial chino de costo y producción, convirtiéndose,  de este modo, en una barrera para algunos proyectos competidores que buscaban altos márgenes de ganancia –obviamente esto incomodó a la vieja guardia del mercado.

En 18 años,  Behringer logró tener aproximadamente 3500 empleados, distribuir a 130 países,  y una extensa base de productos, desde audio profesional a instrumentos musicales. “Comenzamos a hacer nuestro trabajo en Alemania. Para lograr un precio adecuado, por algunos años compramos componentes directamente de China, a través de aquellos catálogos enormes que tienen. Pero nos dimos cuenta que no tenía sentido hacerlo, ya que si comprábamos en China ¿porqué no fabricar directamente allá?” explica Behringer. A esa altura, la empresa poseía 40 empleados en Europa.

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“Tomé el mismo catálogo, escogí algunas empresas O&M por intuición, compré mi pasaje y me vine a China, cometiendo todos los errores a los que tenía derecho. Es muy fácil mirar las muestras, entusiasmarse y, luego de recibir los productos, darse cuenta que nada es aquello que uno ha escogido.” Uli Behringer explica que, en la cultura china, es muy difícil admitir algún tipo de problema. “Siempre dicen que no hay problema, pero ¡lo cierto es que hay!”, refuerza, enfático. Al principio, la empresa hizo acuerdos con compañías locales y recién en el 2002 comenzó a operar en instalaciones propias.

Behringer posee una integración de toda la corriente de producción, fabricando más del 90% de lo que necesita para el montaje de los equipos. Aspectos como ese son ventajas competitivas para una compañía de este porte. Por otro lado, exige un riguroso sistema de calidad. Al recorrer los edificios, se tiene la clara sensación de la unión del talento organizativo alemán con la destreza china. El nivel de limpieza impresiona, incluso en áreas naturalmente aptas para la acumulación de polvo como  la ebanistería.

Muchos pueden pensar que, por el simple hecho de que la empresa tenga precios competitivos, la calidad de las piezas y su producción podría ser más descuidada. Craso error. Lo que se observa en Behringer City es un control poco común para la obtención de productos dentro del patrón ambicionado.  Tal como ocurre en empresas estilo D’Addario Company, la dirección se dio cuenta hace tiempo ya, que invertir en calidad de procesos de fabricación no significa aumentar el valor, sino minimizar perjuicios de cualquier naturaleza. No estamos hablando de inocencia; gana la empresa, quien vende y quien compra.

De acuerdo con un interlocutor chino, Behringer está empeñada en reducir cualquier posibilidad de error reparando las posibles fallas que ocurrieron en el pasado. Se explica, entonces, el hecho que la fábrica quiera conmemorar sus cinco años en China con una fiesta millonaria para 3500 invitados, con todos los representantes del mundo, los principales medios de comunicación además de lanzar un audaz programa de garantía en las regiones en donde tiene oficinas, como en Estados Unidos y Europa. El motivo real: el lanzamiento de las marcas de mayor valor agregado. Bugera, marca de amplificadores valvulados de alto patrón, producida por la Red Chip Company, propiedad de Uli Behringer, inicia esta nueva fase. Los productos llegarán an breve al Brasil por medio de  Equipo. El representante de la marca en Brasil también dará una fiesta para la conmemoración de Behringer. Esta acción será acompañada en otras partes del mundo. Definitivamente, la empresa tiene un ojo puesto en el futuro.

INVESTIGACION Y DESARROLLO

Existe una diferencia básica entre ser parte de la dirección de una  empresa y sólo acompañar las informaciones corrientes del mercado. En general, las personas que no están involucradas directamente en el día a día de la organización, tienden a tener una imagen de la marca por lo que ésta ya conquistó, y no por la mentalidad de sus socios y directores. Uli Behringer es considerado un genio dentro de la empresa. Hijo de un físico alemán y de una organista de iglesia,  recibió clases de piano de su madre desde muy temprano. A los 15 años, creó su primer sintetizador. Poseedor de un oído sensible, se dedicó a la ingeniería de audio. “Siempre pensé que los productos existentes eran caros para quien recién comienza en este segmento”, comenta Behringer. “Entonces, pensé en que tipo de producto me gustaría tener y cuanto podría pagar. Así se creo Behringer”, explica.

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Actualmente Behringer posee oficinas de Investigación y Desarrollo en Alemania, Filipinas, China y Singapur. “Nuestra oficina de Singapur hoy ofrece lo más avanzado en desarrollo de productos. Por su intermedio desarrollamos mayor capacidad para amplificadores y efectos de guitarra”, nos cuenta. “También provee globalmente gran parte de los sistemas mecánicos y electrónicos, además del diseño de embalaje de productos”, agrega.

AMBIENTE CHINO

“Muchas empresas piensan que el simple hecho de mudarse a China va a resolver todos sus problemas relacionados con los costos, pero esto es apenas la punta del iceberg. Piensan que si se trasladan a China, podrán competir con cualquiera.”

China no será barata por siempre. Es bastante costoso de abrir una planta fabril si observamos una serie de elementos.  “El costo de los empleados puede subir hasta 35% por año, dependiendo de la región; otro detalle que las personas no perciben es que el valor de la logística crece drásticamente”, agrega el CEO.

Se suman a esto, los impuestos usados por el gobierno para contener la aceleración de inversiones descontroladas. Behringer se beneficia al tener presencia en el Asia desde hace 16 años. “Podemos incluso hablar de cómo lidiar con diferentes regímenes (políticos), leyes, reglas. Aquí no se trata sólo de un sueño sino de una pesadilla también”, explica Deeb. “Muchas empresas aumentaron su nivel de problemas cuando llegaron a China. Creo que las personas que piensan solamente que se trata de un lugar de bajo costo y se mandan a China, no son personas de negocios. Aquí el ambiente es difícil. Pero estamos en esta área hace 16 años.” En China usted debe saber lo que hace y como lo hace. Los negocios son los mismos: punto de equilibrio, eficiencia, costos y organización, Lo hace quien puede.

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