A contramano de la crisis

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A contramano de la crisis
Behringer conmemora su vigésimo aniversario y continúa creciendo

Es este un momento de desconfianza. La economía mundial pasa por grandes transformaciones y la orden es disminuir el ritmo y  aguardar el desarrollo de los acontecimientos. Pero parece que se olvidaron de avisarle a Behringer. En medio de una de las peores crisis financieras  de la historia, la fábrica continúa invirtiendo y la tendencia es a no detenerse.

Tanto, que la empresa acaba de conmemorar con gran estilo, su vigésimo aniversario en Zhongshan, China, más conocida como Behringer City. Y eso porque, junto a la fábrica, existe un edificio en donde residen los empleados.  A su alrededor,  bares, biblioteca, asistencia médica, centros de entretenimiento, canchas para deporte, entre otras cosas. En realidad, las conmemoraciones comenzaron antes, en la edición invernal de Namm, realizada en enero pasado, en la ciudad de Anaheim, California, Estados Unidos. Sin embargo, el climax tuvo lugar en China.

En la fiesta hubo más de 90 invitados, representando a todos los continentes, con excepción de la Antártida. Había gente de prensa,  representantes y distribuidores. En total, tres días de festejos, entre almuerzos, cenas y fiestas.
Dentro de Behringer City, existe una infinidad de tecnologías destinadas a la producción de instrumentos, que, en total, suman aproximadamente dos millones hechos por año. Y además, todos pasan por un trabajo manual. Según Uli Behringer, Presidente de la empresa, las máquinas realizan solamente las tareas  repetitivas. El resto de la producción cuenta siempre con la creatividad y el empeño de la gente. 

Una de las  novedades de la empresa es el uso de monitores de pantalla plana en medio de la línea de producción para instruir a los trabajadores. De ese modo, cualquier línea de producción puede ser modificada o actualizada para un nuevo producto en  instantes.

En el cierre, hubo discursos del Prefecto de Zhongshan, de Michael Debb, CEO de la empresa, y de su Presidente, Uli Behringer para los más de tres mil empleados de la fábrica. Pero, tal vez, lo más curioso haya sido el show de acrobacia, las danzas tradicionales chinas y los shows de rock. Todo realizado por los mismos empleados de Behringer, que tuvieron que ensayar por más de seis meses.

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