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Tienda: ¿Cómo comprar correcto?

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Planear la compra de productos de tu tienda puede significar el éxito o el fracaso

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¡Estamos comenzando un nuevo año! Para muchos, el cambio de año no significa nada. Para otros, es el momento de cerrar las cuentas, evaluar el ciclo que se cierra y proyectar el siguiente. En realidad, cada organización sigue un ciclo particular, iniciando su ‘año mercadológico’ cuando conviene. La planificación también sigue de manera aleatoria.

Quien trabaja con ediciones estacionales de productos posee una preocupación mayor, proyectando en la temporada anterior (ciertas veces inclusive antes) las futuras colecciones/familias de productos. Para quien vende, la programación de compras sirve para garantizar los productos de mayor búsqueda. Es verdad que no siempre el dueño de una tienda se prepara y acaba comprando de acuerdo con la ‘falta’ en el stock. Aún más cuando pensamos en nuestro sector, en el que el espacio para almacenar productos, generalmente, es muy limitado, y producto bueno es aquel que ‘no para en la tienda’.

Es más, una de las grandes quejas de los proveedores del sector de instrumentos musicales es el hábito de que la tienda venda aquello que no tiene en stock (en especial en las ventas online) e indignarse cuando recibe la información de que el producto vendido no tiene entrega rápida. Es un caso recurrente que acaba apuntando fallas en toda la cadena, inclusive la práctica del uso de ‘stock virtual’, de ‘recursos virtuales’, que en tiempos prósperos parece funcionar muy bien y, en períodos de crisis, apunta todas las fallas, cuando todo parece dar errado.

La falta de organizaciones uno de los principales problemas en una empresa – tal vez sea por eso que llamamos también ‘organización’ a un emprendimiento corporativo -y, por esa razón, uno de los principales aspectos que viene a flote cuando enfrentamos momentos difíciles es la necesidad de organizar las cosas, nuestro tiempo, nuestro espacio, nuestras cuentas. Emprendedores exitosos, en este caso, serán aquellos dispuestos a repensar los ‘microambientes caóticos’ de cada esfera de la empresa.

Algunos de los principales elementos por los que debemos preocuparnos de ‘organizar’ son nuestros productos y servicios, nuestros bienes de consumo. Al final, ellos son más que meros objetos, pues el buen producto es aquel capaz de decir algo bueno sobre la organización a la que pertenece, advocar a favor de nuestro negocio. Es más, si no sabes qué el producto que fabricas o comercializas dice sobre ti, ¡es bueno interesarse en descubrirlo!

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RECURSOS, PROCESOS Y SISTEMAS

Antes de todo, es fundamental saber que un buen producto final es resultado de esfuerzos en la adquisición de buenos insumos y retención de buenos proveedores, como también de procesos de transformación bien elegidos y ejecutados.

El profesor Mitsuru Yanaze separa de una manera bien didáctica estas etapas importantes para la competitividad de una empresa, en las que tenemos los inputs (recursos necesarios para el negocio), throughputs (procesos y sistemas para organizar y transformar los recursos en el producto a ser ofrecido al mercado) youtputs (aquello ofrecido para el mercado, sea el producto en sí o valores, contribuciones para la sociedad y el mundo, comunicación, etc.).

En síntesis, si eres fabricante, los procesos serán los mecanismos y la forma eficiente de producir tus bienes de consumo. En el caso de una importadora o de una tienda, los procesos pueden ser definidos por la forma en la que los productos adquiridos para la venta son recibidos, organizados y preparados, o inclusive el estudio de los principales diferenciales de los productos que serán vendidos. Al final, lo que se ofrece en una tienda no es el producto en sí, pues la competencia también puede tener el mismo producto en su vitrina, sino la prestación de ‘buenos servicios comerciales’ como bien de consumo. Resumiendo, la ‘buena venta’ es tu output, y tener una buena atención asociada a un precio justo, aunque sea más caro que el de la competencia, puede ser un diferencial.

Muchos pueden discrepar y creer que “no es tan así” y, después de eso, comprar en un hipermercado localizado en un shopping center y adquirir por centenas de dólares más los productos de la compra del mes por la ‘comodidad’ de tener un espacio mejor para estacionar y, luego, comer ‘algo en el sector de alimentación’. Puede discordar de que el precio es lo que cuenta y dejar de ir a un mayorista por las filas enormes y la falta de cuidado de los empleados, inclusive puede proferir “prefiero mil veces pagar más caro en aquel hipermercado que volver aquí”, entre otras cosas. La atención marca mucha diferencia, sí. El precio también, especialmente en tiempos de crisis. De cualquier modo, muchas veces encontramos en los procesos las mejores soluciones para nuestros desafíos.

DECISIONES DE PRODUCTO

Vamos a imaginar que tenemos los mejores recursos, la mejor relación con los proveedores, así como nuestros procesos poseen un alto nivel de eficiencia y eficacia. Sin embargo, nuestros resultados no son satisfactorios. ¡Llegó la hora de investigar nuestros productos!

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Las decisiones de productos son las tareas más delicadas de una organización, pues necesitan ser bien amparadas para que no haya equívocos. A fin de cuentas, nadie desea tener un ‘producto caro pero inútil’ en el stock o correr el riesgo de ‘quemar un producto’ -y, con eso, manchar la marca – por una acción equivocada. Planificar es fundamental, no sólo en lo que se refiere a la relación con proveedores, sino también al equipo dedicado a desempeñar los procesos en la transformación/creación del producto/servicio, al público consumidor y al mercado como un todo (outputs).
Para seguir adelante en las decisiones del producto, debemos analizar el mix de productos (o portfolio) en términos de su alcance, consistencia, extensión y profundidad.

Tenemos un portfolio amplio cuando engloba diferentes líneas de productos ofrecidas al mercado. Tenemos una buena consistencia cuando las diferentes líneas de productos dentro del portfolio se complementan, siguen el mismo concepto y pertenecen a una misma ‘familia’.

¿Te pareció interesante? ¡Seguiremos con el tema en la próxima edición!

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