Como vencer a la competencia

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Como vencer a la competencia
Esté preparado para la ferocidad de la competencia y garantice sus ventas. La palabra clave es ‘atención’

No seamos hipócritas. Esa historia de que la competencia es saludable porque estimula el desarrollo y el combate, es filosóficamente bella, pero no refleja la  realidad.

Frédéric Bastiat, economista francés del siglo XIX y gran defensor del libre comercio, decía: “Destruir a la competencia es matar a la inteligencia”. Entonces, que muera la inteligencia –claro, en nuestro caso. Cualquier empresario o gerente tiene que estar de acuerdo en que la competencia buena es la competencia muerta.  

Es por ello que el mundo corporativo ha estado marcado por fusiones y adquisiciones, y por la formación de grandes grupos económicos. Por ejemplo, el sector bancario. Llama menos la atención la reducción del número de instituciones financieras, lo que no sería una medida estadísticamente adecuada, que la concentración del patrimonio líquido, de los depósitos y del crédito entre los pocos mayores bancos del país.

Las grandes compañías buscan el camino de las ganancias en escala y de la reducción de los costos operativos, principios económicos heredados de la era industrial. Se trata de una forma de neutralizar a la competencia absorbiéndola (adquisición) o aliándose a ella (fusión). Pero queda la pregunta: ¿Y las pequeñas empresas?

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Las firmas de pequeño y mediano porte tienen una natural vocación autofágica. En otras palabras, se pelean por un pedazo de hueso como si fuese carne de primera. Incluso llegan al dumping (vender por debajo del precio de costo) para evitar que el vecino gane el pedido. Cooperativismo y asociativismo son palabras ausentes del vocabulario — y del diccionario — de la mayoría de los empresarios. Se trata de una cuestión cultural basada en un modelo mental rebasado: cada uno debe cuidar su territorio.

Hubo una época en la que bastaba producir lo que fuere para que surgiera un comprador. Otro economista francés, éste de fines del siglo XVIII, Jean-Baptiste Say, acuñó una ley de mercado que decía: “Toda oferta crea su propia demanda”. Su afirmación tuvo una larga vida, a punto tal que Henry Ford declaró, en el auge de la producción de su vehículo Modelo T: “Usted puede tener el automóvil del color que quiera, mientras que sea negro “.

Pero los tiempos áureos sucumbieron en 1929 con la Gran Depresión. El impacto económico fue tan grande que, en los Estados Unidos, la tasa de desempleo saltó del 9% al 25% en solo tres años.  

Hoy vivimos un período de comoditización amplio, general e irrestricto. Los productos son todos muy parecidos en cuanto a su funcionalidad. Y los consumidores dan las cartas, reinando en el trono de la infidelidad, con un elevado poder de negociación.

El sufrimiento es aún mayor en el comercio que en la industria.  Basta caminar por cualquiera de las calles en donde se concentran todas las tiendas de instrumentos musicales, audio, electrónica,  de cualquier gran ciudad de América Latina, para sentir en la piel la ferocidad de la competencia. ¿Qué se puede hacer?

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1. Cuide lo visual. El juego comienza con la apariencia que conduce a la seducción. Es el marketing de la percepción. Usted necesita captar la atención del cliente para que elija su tienda, entre las innumerables alternativas. Esto involucra la fachada, el letrero y hasta el nombre de su establecimiento.  La vestimenta de sus vendedores, la pintura de las paredes, la limpieza del piso, el índice de luminosidad, la organización de los productos expuestos y la facilidad de acceso a ellos. Fíjese que las mismas reglas  se aplican a una tienda virtual. En ese caso, hablamos de un site de fácil navegación, con diagramación y colores agradables, ágil en la transición de páginas, amigable en la búsqueda de los productos.

2. Entrene a su personal. Considerando que los productos son similares y, por lo tanto, fácilmente comparables, el único canal posible de diferenciación es el de la prestación de servicios. La palabra clave es, ahora, ‘atención’. No simplemente una buena atención, sino una atención excepcional, prestada por una fuerza de ventas que, ante todo conoce en profundidad lo que está ofreciendo. Es la llamada ‘venta consultiva’, que entiende acerca de necesidades, orienta sobre tipos y modelos, instruye enfocándose en la adecuación y, asiste en el período de la post-venta, convirtiendo al cliente en un fiel devoto.
 
3. Tenga disponible el producto. Parece obvio, pero es esta una de las grandes fallas  de gerenciamento en el punto de venta. Imagine haber atraído al consumidor a su tienda y haberle proporcionado una atención ejemplar. Luego de analizar todas las posibilidades, finalmente escoge un producto que está agotado. Usted tendrá la desdicha de ver a su cliente,  tan frustrado como usted, salir por la puerta con las manos vacías — pero ahora seguro de lo que pretende comprar, evidentemente en lo de su competidor. Por lo tanto, mantenga un stock de seguridad. Si usted no dispone de espacio o capital para tenerlo, es preferible reducir la gama de productos ofrecidos o, especializarse en un grupo específico. Si usted no es el primero ni el más grande, sea el mejor en lo que se propone hacer.

4. Cree la diferencia. Además de una excelente atención, sea creativo en los detalles y tenga a la innovación como lema. Promueva campañas y concursos, cree bonus de fidelidad, escuche y sorprenda a sus clientes con soluciones novedosas integradas. Propicie condiciones variadas de pago, estableciendo, por ejemplo, una asociación con instituciones financieras. Vivimos una onda de crédito abundante y fácil, aunque caro, pero que permite adquirir bienes a ser abonados a largo plazo en ligeras cuotas mensuales. Usted no necesita asumir el gravamen de los riesgos del financiamiento. No es ese su negocio. Pero una financiera cumplirá ese rol con todo placer.  

5. Diga no a la guerra de precios. Venda beneficios asociados a los productos, desviando el foco del precio. La regla es vender valor y no precio. De allí, la importancia de la atención, inclusive en la post-venta, además de la oferta de accesorios, de asistencia técnica permanente y de condiciones diferenciadas de pago, conforme ya ha sido mencionado.

6. En guerra de deflagración, luche para ganar. Jamás olvide que usted está en guerra permanente con sus competidores. Esté, entonces, preparado. Conozca bien y de cerca a sus competidores,. Visítelos o designe a alguien para visitarlos. Llámelos para monitorear la calidad de su atención. Investigue sus precios. Descubra sus puntos fuertes y cópielos. Descubra sus puntos débiles y guarde esa carta en su manga.  Contrate a sus mejores empleados. Y, fundamentalmente, innove. Conviértase en el único a punto de transformar a la competencia en irrelevante. Pero recuerde: ellos pueden estar haciendo exactamente lo mismo en relación a usted.  

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