Competencia y mercado

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¡Mira aquí algunos consejos para diferenciarte y estar al frente de los demás!

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*Por Arley Ribeiro, ejecutivo e ingeniero químico con experiencia en el sector de adhesivos de consumo e industrial en países de América del Sur, México, EEUU, Europa e India.

José estaba siempre ocupado. Abría el bar de lunes a viernes, a las 6:00 puntualmente. Su esposa le ayudaba en el mostrador, y cerraban poco después de las 18:00. El Bar de José (así era que se llamaba) quedaba casi frente a la primera empresa en la que trabajé, ni bien me gradué. Yo viajaba en autobús y bajaba cerca del bar, alrededor de las 7:30. Era imposible no notar el lugar siempre lleno de gente. El punto era realmente muy bueno, cerca de varias empresas y fábricas, pero José tenía un problema: en la misma cuadra, había dos bares muy parecidos y, en la otra esquina, una panadería bien ordenada, que arrojaba un olor a pan caliente que invadía nuestra oficina todos los días muy temprano. Pero el Bar de José estaba siempre lleno, y los demás, muy vacíos. No me interesaba entrar en el bar, pues tomaba mi desayuno en casa y mi viaje en autobús no duraba más que 20 minutos. Pero me admiraba con la cantidad de gente que se apiñaba en el bar, todos los días.

Arley Ribeiro

Detalle en la atención

Hasta que un día, en medio de un feriado prolongado, cuando muchas empresas ‘aprovecharon los días libres’, vi el barcito con pocas personas. Entonces decidí entrar para ver cuál era el secreto de José. En cuanto puse un pie en el bar, José se dirigió hacia mí y exclamó: “Vaya, hasta que finalmente entraste. Te veo cada día saliendo del autobús, yendo a trabajar, pensé que nunca entrarías aquí”. Eso me desconcertó un poco, pero respondí que tomaba mi café en casa y, en general, llegaba sin hambre.

José sonrió. Preguntó mi nombre y qué tomaba en el café. Al saber que era pan con mantequilla y café con leche, él preguntó si no me gustaría complementar con un yogurt batido con frutas, con poco azúcar. Yo lo acepté rápidamente. Y así, pude observar el trabajo de José y de la esposa. Ellos llamaban a todos los clientes por su nombre, preguntaban si querían lo de siempre y corrían para preparar los pedidos ellos mismos. Con eso, los clientes acababan esperando un poco, pero la calidad de lo que era servido era siempre la misma. Ni José ni la esposa conversaban mucho con los clientes, pues estaban siempre ocupados, pero demostraban mucha simpatía y buen humor con todos.

Dejé mi primera empresa después de casi un año de trabajo. Cuando salí, los dos baresde la competencia de José ya habían cerrado las puertas y la panadería sobrevivía vendiendo básicamente panes y dulces, con poco movimiento de venta de aperitivos y café. Pero ¿qué es lo que hacía a José tener tanto movimiento frente a los competidores? Ésta es una pregunta que todas las personas se hacen cuando se enfrentan con éxitos en el mundo de los negocios, que crecen en medio de la fuerte competencia.

Prepárate para el crecimiento

Aprendí mucho sobre la competencia con el Bar de José, mucho más que en mi curso de Maestría en Administración de Negocios. Muchas de mis observaciones las aplico hasta hoy con bastante éxito. Lo que aprendí con José fue:

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1- Conoce a tus clientes. José sabía el nombre y la preferencia de todos sus clientes y eso le ayudaba a acercarse a ellos. Es muy bueno entrar en un lugar y ser reconocido, saber que quien te está vendiendo algo tiene interés en ti y no sólo en tu dinero.

2- Monitorea el mercado en general. Los nuevos clientes son los principales responsables del aumento de las ventas. José no sabía si algún día iba a entrar en su bar, pero cuando entré, estaba preparado.

3- Hacer una venta consultiva. Él me sugirió qué tomar después de hacer algunas preguntas. Yo estaba allí sólo para saber por qué el bar estaba siempre lleno, y habría tenido dificultad en elegir algo, si él no lo sugería.

4- Enfócate en lo que es importante para tus clientes. Los clientes de José podrían ser servidos más rápidamente en la panadería o en los otros bares, ya que estaban siempre vacíos. Pero preferían esperar un poco para tener una comida hecha por él o por la esposa, pues para ellos, la calidad de lo que comían por la mañana era más importante que 5 minutos de espera.

5- Nunca descuides la calidad. José cobraba un precio justo por lo que servía, pero reajustaba siempre que era necesario. Esto hacía que todos los clientes quedaran satisfechos con la comida y no buscaran a la competencia.

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El otro día, me dio nostalgia, subí al coche y fui a ver si el Bar del José, después de 25 años, aún existía. En su lugar, está hoy el restaurante de José. No entré, pero reconocí a dos chicos bastante similares a él, que deben ser sus hijos. El lugar estaba lleno y tenía un área muy grande, mucho mayor que el bar original. Ni señal de los otros bares y de la panadería, como yo ya esperaba.

Con base en cinco reglas simples, el negocio fundado por José dejó de ser un barcito y hoy es un restaurante muy grande. Y, si continúa siguiendo los mismos principios que su fundador seguía, quién sabe, ¡en unos pocos años van a abrir el ‘Joseph’s Bar’ en Nueva York!

 

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