Del Garage al Exito
Del Garage al Exito
“Existen tres fases: imposiblel, difícil y lista.”
(Frank Crane)
Año: 1975. Ciudad: Cambridge. Dos jóvenes estudiantes recibidos en Harvard desarrollan un sistema operativo para microcomputadoras. Sus nombres: Paul Allen y William Gates, éste último más conocido como Bill Gates. Años más tarde, fundarían Microsoft, una empresa que sería contratada, en 1981, por IBM como proveedora de software para sus computadoras personales.
Ahora estamos en 1978. La ciudad es Brasilia. Brasil vive el comienzo de la apertura política con la revocación del AI-5. Al son de los Sex Pistols, los Ramones y The Clash, dos jóvenes se conocen y descubren de inmediato sus afinidades. Uno es baterista y responde al nombre de Felipe Lemos, o simplemente, Fê Lemos. El otro es bajista y guitarrista, pero también un gran compositor y vocalista. Se trata de Renato Russo y la banda que se iba a formar se consagraría, tiempo después, con el nombre de “Aborto Elétrico”. (Aborto Eléctrico)
Microsoft se convirtió en una de las empresas más valorizadas y lucrativas. En un momento en que todos apostaban sus fichas al hardware, Gates vislumbró la futura hegemonía del software. El servicio en lugar del producto. La inteligencia por encima de la máquina. Aborto Elétrico desapareció en 1982, pero esa banda de punk rock iba a influenciar a toda una generación de músicos brasileños. Fê Lemos y Capital Inicial, Renato Russo y Legião Urbana. Del garage al mundo. Del mundo, a la historia.
Visto bajo ese prisma, parece que todo ocurrió de manera lineal, armoniosa y previsible. De la simplicidad del garage -en donde se hacían los ensayos de la banda y, por otro lado, se combinaban códigos binarios- al éxito, hay seguramente, una sucesión de eventos revestidos de angustia, frustración, alegría y conquista.
Escribir composiciones de difícil ritmo. Formar una banda que no va a ser representada por cualquier empresario. Confeccionar un demo que no va a ser escuchado por cualquier compañía de grabación. Tocar para plateas apáticas, a veces desinteresadas, tal vez hostiles, o simplemente ausentes.
Emprender un negocio incierto, intangible, tal vez solamente un sueño que puede transformarse en pesadilla. Enfrentar la falta de crédito y el descreimiento ajeno. Equivocarse, insistir, persistir, apostar. Saborear las pequeñas victorias.
El camino al éxito es una vía no pavimentada. Carece también de señalización e iluminación. Botas en los pies, una brújula, una linterna y un paraguas, son pocos lo que están dotados de la capacidad de internarse en un terreno árido, de pisar las piedras, quemarse la cara al calor del sol y permanecer en el mismo camino con determinación.
Pasteur decía que la diferencia entre lo posible y lo imposible está en la voluntad humana. Que esa voluntad se manifieste en usted en la iniciativa, la perseverancia, el compromiso y la auto confianza. Que sus deseos cobren alas; sus ojos, brillo; su rostro, una sonrisa. Y que sus proyectos se amplíen desde esos pocos metros cuadrados de un garage a las dimensiones que el éxito conseguido le demande.