Despidos y desapegos: el secreto no contado

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Despidos y desapegos: Rotación en los puestos de trabajo. ¿Estás preparado para esto?

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Mucho se habla sobre evaluar a las personas por el índice de productividad y el compromiso en relación a la empresa. Este asunto nunca sale de moda cuando se habla de justificativas de despidos en el mundo corporativo. ¿Y en nuestro mercado? No es nada diferente.

Por su lado, los ejecutivos creen siempre saber lo que sus superiores piensan y, sin ninguna señal de humo, generalmente especulan de manera exagerada. Inclusive buscan mostrar indiferencia o hacer del asunto una especie de tabú.
En tiempos de crisis económica, se hace aún más evidente el baile de las sillas o la alta rotación de personas, sea debido a un corte de costos o a un simple ‘buen momento’ para aprovechar y substituir lo que no ha estado dando resultado. Obviamente, nadie es irremplazable, pero tampoco nadie es totalmente dispensable.

¿Y sobre las empresas? ¿Cómo enfrentar la posible salida de un empleado de alto rango? Siempre es bueno recordar que el descontento no posee lado ni preferencia. Momentos de crisis también pueden ser un ‘buen momento’ para quien quiere cambiar de aires.

¡Piensa bien!

Siendo así, voy a revisitar este tema, aprovechando las últimas tendencias profesionales globales y presentar una cartilla de acciones para el ejecutivo que viene pensando en buscar nuevos horizontes en el mercado.

Califícate: cualquier persona que desee un cargo mayor debe calificarse para el mismo. Caso hayas sido agraciado con una promoción, éste es el momento de esforzarte aún más y estudiar a fondo las implicaciones y atributos de tu nueva posición. En diversos países de América Latina, vemos el movimiento de la necesidad de formación en ingeniería y cursos similares para entrar en empresas de este mercado. En algunos países, aquella cosa del músico que se volvió vendedor ya fue enterrada y hoy la necesidad de calificación para cargos de segundo y tercero rango pasa necesariamente por una formación académica sólida.
Piensa bien: la empresa donde trabajas puede estar buscando tu substituto. Ponerse a disposición en el mercado laboral es positivo y no debe ser encarado como algo ‘peligroso’. Pero, al tomar la decisión de dejar tu lugar de trabajo, analiza antes, con todos los posibles criterios, si realmente vale la pena. El arrepentimiento es cruel y perjudica tu desempeño incluso antes de perjudicar tu autoestima. Estudia el nuevo lugar: la religión de los dueños, los valores personales, hobbies y características individuales de cada superior o director. Una empresa desmenuzará tu vida antes de contratarte. Haz lo mismo. Reúne resultados, desempeño y real posición de cada empresa. Asegúrate que la sonrisa de hoy no sea un lamento mañana.
Juega limpio: tus superiores confían en ti. OK, al menos te dijeron eso. Pero ponerse a disposición del mercado laboral, sea por las redes sociales o empresas de headhunting, sin dejar eso evidente a tus superiores puede impedirte de crecer dentro de la empresa. Di la verdad. Explica que deseas algo mejor en tu carrera y que estarías feliz si eso sucediera dentro de tu empresa actual. E inclusive en el caso de estar sobrecargado y agotado, procura decir la verdad para que así puedas ser siempre, al menos, respetado por tu carácter y no por tu número.
Nunca hagas una subasta: en su lugar, ¡véndete! Son cosas muy diferentes. Un ejecutivo que está en la empresa A no siempre es el mejor para la empresa B haciendo lo mismo de la misma manera. Al encontrarse entre la elección de la empresa A o B, observa cuál te trae mayor satisfacción y, una vez decidido, comunica a ambas al mismo tiempo. Quedarse esperando que la empresa A cubra la propuesta de la B para solamente entonces tomar decisiones es un juego muy peligroso. Y puede traerte problemas en el futuro. Explico: imagínate en una subasta en la que tu empresa actual es la empresa A y la nueva propuesta viene de la empresa B. Supón que la empresa B tiene la mejor oferta en términos de beneficios y rendimientos, pero la actual ofrece mayor libertad, autonomía y es donde te encuentras más familiarizado. Ahora imagina que la empresa B te contrate después de la subasta. ¿Cuál será la confianza de la empresa B en tu postura ética? ¿Cuántas puertas para un crecimiento más rápido pueden ser cerradas en función de la confianza danificada? Simple: ¡si diste tu palabra, cumple!
El rencor es una cruz infinita: guardar rencor de tu antiguo empleador es el peor sentimiento que puede acompañarte. Es lo mismo que cargar una cruz invisible y pesada. Créelo: esa cruz será notada adonde quiera que vayas. Libérate de corrientes o ataduras antiguas. Líbrate de los vicios, hayan sido éstos adquiridos o impuestos, referentes a tu trabajo anterior. Renuévate. Abre tu mente a nuevos formatos e ideas, pues ahora serán nuevas personas con pensamientos diferentes y valores que no siempre son iguales en todos los lugares.

Menos lamentos, más pensamiento

La pérdida de un ejecutivo de alto grado no es buena para las empresas y, en caso de tener dudas a respecto de tu nueva opción, permite que tu empresa te haga una contrapropuesta. Es justo. No aproveches ese momento para decir todo lo que hubo de errado o lo que te incomoda. Aprovecha el momento para, de manera asertiva, demandar mayor autonomía y libertad. Eso te traerá el reconocimiento deseado. No lamentos de que nadie te daba importancia o que el café en tu departamento era malo.
Sé profesional. Deja todo por escrito y recuerda tratar todos los detalles. De esa manera, al evaluar los pros y contras de las opciones frente a ti, siempre será más fácil negociar y decidir lo mejor para ti. ¡Buena suerte!

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