El arte del comercio minorista
El arte del comercio minorista
No se trata solamente de vender bien. Es necesario entender conceptos tales como merchandising y promoción, que se aplican en la venta directa al consumidor
Muchas personas reducen el éxito de una empresa minorista a un concepto extremadamente simplista: comprar bien para poder vender bien. Claro que esto es básico, pero no lo es todo. El comercio minorista es una de las artes más complicadas y sofisticadas del marketing, involucra merchandising, arreglo de vidrieras y vitrinas, promoción y una infinidad de técnicas que hacen la diferencia significativa en el desempeño de cualquier tienda.
Pero al final, que es el comercio minorista? Es, sobre todo, entender las necesidades de los consumidores y superar sus expectativas de modo mejor que la competencia. Las expectativas básicas del consumidor incluyen:
– calidad;
– precios competitivos;
– ubicación conveniente;
– estacionamiento adecuado;
– horario razonable de funcionamiento;
– tienda limpia y confortable;
– vendedores con buena formación;
– auto-servicio y un buen layout.
Pero fíjese que existe en los consumidores una expectativa creciente por otras demandas y servicios tales como:
– mayor posibilidad de elección;
– ‘precios bajos’;
– abrir más temprano, cerrar más tarde;
– abrir los fines de semana;
– especialistas en la atención al cliente;
– menor espera tanto para ser atendido como en los check-outs;
– más formas de pago;
– más servicios disponibles;
– layout y diseño interesantes.
Cuestión de marketing
Si usted observa lo que ocurre en las grandes ciudades principalmente, en donde no hay carencia de nuevas tiendas. Se puede afirmar que nadie necesita más que una tienda de instrumentos musicales, una escuela de música, una panadería, una farmacia, una estación de servicio, etc. Establecimientos como esos hay de sobra. Es por eso que una empresa debe adecuarse a las crecientes expectativas de los consumidores, ya que ellos esperan lo nuevo, lo moderno, lo eficiente: las tiendas con un mix de productos que satisfagan plenamente a aquellos que son identificados como el público principal. La tienda tiene que ser atractiva, con un look y un layout interesantes, que provoquen en el consumidor un impulso de compra irresistible.
Adaptarse a las nuevas tendencias del comercio minorista en lo que se refiere al respeto al comportamiento de los consumidores también es fundamental. La exigencia cada vez mayor también hace que todo el comercio se vuelva día a día, más especializado en aquello que vende. No vale la pena montar una tienda bonita, muy llamativa en cuanto a lo visual y la conveniencia si no existe lo que se llama hoy venta con consultoría. ¿Hablar de servicios, atención? Es dispensable. Ninguna empresa progresa sin tener un buen patrón de servicios y una atención calificada, gentil, de prestación.
El dueño de la tienda y sus vendedores dejaron de ser simplemente vendedores de mostrador para convertirse en especialistas de aquello que venden y aptos para proveer todas las explicaciones y recomendaciones que el consumidor de hoy necesita.
Entrenamiento para todos
Es por eso que el entrenamiento constante en ventas, marketing y atención no se restringe solamente a los ejecutivos del área de ventas o a los propietarios de tiendas comerciales. Hoy, quien no entrene a su equipo para tener respuestas rápidas para todo, va a quedar rezagado.
A pesar de las reglas y códigos que rigen todos los negocios, existe otro aspecto relevante: toda tienda o empresa tiene en sí la filosofía del dueño. Existen personas que son perceptivas. Hay otras que no lo son, y esto puede hacer una gran diferencia, porque no se debe subestimar el feeling, la intuición. El comercio minorista es una actividad científica, pero nunca se sabe donde termina la ciencia y donde comienza el arte.