El cable de las estrellas

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El cable de las estrellas
Con una fuerte estrategia de inversion en la marca, KWC espera superar las dificultades de la industria argentina

Una crisis siempre tiene ganadores. La frase podría perfectamente aplicarse al actual escenario de turbulencia internacional. Sin embargo, la referencia con que contamos es  la debacle económica  que afectó a la Argentina en el 2001. Una de las principales consecuencias de aquel mal momento que vivió el país, fue la fuerte devaluación del dólar frente a la moneda local, el peso. Como resultado, las importaciones se volvieron prohibitivas.

Un punto a favor para los que apostaron a la producción nacional. Este es el caso del fabricante de cables para instrumentos KWC. “A partir de la crisis del 2001, se generó un contexto más favorable para continuar con nuestro crecimiento. Mientras realizábamos inversiones en bienes de uso (maquinaria, matricería) para optimizar nuestros procesos de producción, disminuyó la oferta de productos importados y fue allí, donde comenzamos a ocupar un lugar de privilegio en los puntos de venta”, afirma Ignacio Chichizola, Director de Ventas de la empresa.

KWC está ubicada en Avellaneda, la zona sur de Buenos Aires, en un predio de más de  800m2 cubiertos. Fabrica cables para instrumentos en diversas categorías. “Intentamos cubrir un amplio espectro del mercado. Por ello, contamos con distintas líneas de productos y precios. Además de nuestras marcas insignas Neón y Súper Neón, contamos con la línea Iron para un público más específico y exigente; que incluye el desarrollo de su propia línea de conectores,  los cuales se encuentran íntegramente torneados en bronce con su propia alma conductiva compuesta de cobre”, dice Chichizola.

La compañía surgió como una mediana empresa y luego, gracias a un trabajo que mezcló el uso de tecnología de punta con acciones de marketing para hacer crecer a la marca, creció, alcanzando un buen posicionamiento en el mercado local. Tiene como gran diferencia a su favor,  en relación a sus competidores del mismo rubro, una fuerte inversión en la marca. “No es común que una empresa del rubro de cables tenga una presencia fuerte de marca. Hay mucha mercadería genérica en este segmento”, enfatiza el consultor Juan Ramírez Vega.

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Una de las principales herramientas de inversión en marca de KWC es una amplia gama de renombrados artistas que utilizan estos cables y trabajan para la marca. “Son relaciones que se fueron generando en torno a nuestro desarrollo.  Es un ambiente muy chico en donde todos nos conocemos. Siempre valoramos la buena predisposición de los artistas que surgió  luego de conocer en la práctica la calidad de nuestros productos. Además, creo que hay algo afectivo por parte de estos artistas por valorar a una empresa por su origen nacional”, dice Chichizola.

Entre los artistas endosers de KWC figuran: Divididos, Los Cafres, Catupecu Machu, La Renga, Luis Salinas, Fabiana Cantilo y Los Auténticos Decadentes. “Nuestro último gran trabajo en términos de comunicación fue el almanaque 2009, con la presencia de reconocidos artistas de la industria musical local. Dicha acción, tenía como finalidad –además de comunicar-, colaborar con una entidad educativa a elección”, cuenta Chichizola.

Pese a la crisis, KWC sigue invirtiendo en novedades. En estos momentos están a punto de lanzar su propia línea de Metro-afinadores, afinadores cromáticos y metrónomos. “ También estamos analizando la posibilidad de implementar un programa on line para mejorar el contacto directo con nuestros clientes y consumidores”, afirma Chichizola.

Cinco Preguntas para Ignacio Chichizola
¿Cómo funciona la empresa en términos logísticos?
Planificamos la logística a partir de un concepto integral. La política comercial interrelacionada con la política de producción (compras, stocks, fabricación, distribución)   teniendo como premisa el servicio a los clientes. Aparte de nuestro canal directo de ventas nuestros productos son distribuidos a nivel nacional a través del trabajo de MP Música, Intermúsica , Fusión Musical y La Fusa.

¿Cómo es el hecho de trabajar en una empresa nacional en un país como Argentina en el que la tasa de cambio es todo un tema?
Con respecto al tipo de cambio competitivo, alto, beneficia  la producción y  exportación de productos nacionales. La perspectiva es favorable aunque no tanto como años atrás ya que los costos han aumentado mucho.

¿De qué manera afecta la crisis mundial a las operaciones de KWC?
La afecta como a todas las empresas. Las fluctuaciones del mercado para nosotros no siempre son negativas, pero  se percibe una desaceleración del consumo en general, sin embargo, no pensamos que nuestras ventas decaigan con respecto al 2008.

¿Qué hacen para enfrentarla?
Estamos trabajando en optimizar procesos y bajar costos de la producción. No hacer sobreproducciones, seguir invirtiendo en capacitación, rotar nuestras estrategias de ventas y ampliar la cartera de clientes, son algunas de las acciones a las que tomamos como metas. Es una  permanente búsqueda de equilibrio.

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¿Qué creen que va a pasar en el 2009?
Somos positivos, creemos que desde nuestro encuadre  y de haber madurado como empresa, más el apoyo de nuestros clientes y el posicionamiento de la marca sustentada por la calidad de nuestros productos, nos hacen vislumbrar un año con proyecciones de crecimiento. No creemos que la crisis mundial vaya a perdurar en el tiempo y nuestras expectativas de crecimiento van a ir de la mano con el empuje y el compromiso de la empresa. Es un buen momento para conseguir la diferencia afinando el ingenio.

Efecto crisis: La industria argentina en apuros
La Unión Industrial Argentina (UIA) sabe que las fábricas nacionales están en dificultades. Siete años después de una de las más graves crisis en la economía argentina y, luego de un período de franca recuperación, la pesadilla de fábricas vacías y producción en caída libre volvió a abrumar a los empresarios. Aunque el optimismo de KWC diga lo contrario, la realidad anticipa tiempos difíciles en el parque fabril argentino.

Los números lo indican. Según los últimos datos de febrero, de la UIA, la producción manufacturera se desplomó el 8,1% con relación a enero del 2008. Para el gobierno, la caída fue menor, de un 4,4%, según el INDEC, el organismo que calcula los índices macroeconómicos del país. Fue la tercera vez, en forma consecutiva, que la UIA ha registrado datos negativos de producción en Argentina.

“De cara al 2009, el escenario aparece sumamente complicado, puesto que una amplia gama de complejos industriales exportadores enfrentarán una menor demanda externa, en un contexto donde además el mercado interno será menos dinámico”, concluyó el informe de la entidad fabril.

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