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Equaphon acompaña a Romaphonic en su experiencia con DPA Microphones

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Romaphonic es una empresa argentina que tiene muchas verticales como renta, grabación en vivo, en estudio, servicio de vivo y servicio de escenario.

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“Tengo 100 pies de micrófonos impecables, que pueden aparecer en cámara. Somos muy cuidadosos en toda esa cuestión, tanto en la calidad como en la estética de la puesta en escena”, comenta su dueño, Norberto “El Vasco” Hegoburu.

En Romaphonic brindan un servicio llave en mano. “Armamos el módulo de transmisión con el personal idóneo en monitores y en FOH, capacitado para trabajar con las mesas que rentamos. En caso de que necesiten contratar sólo las mesas, realizamos la capacitación y el apoyo que necesite el operador”.

Además, la empresa cuenta con una gran cantidad de micrófonos DPA. En esta entrevista (realizada por el distribuidor local de DPA, Equaphon), Norberto cuenta más.

¿Cómo fueron tus comienzos con DPA?

En 2014, cuando Equaphon todavía no representaba la marca, empecé trayendo seis micrófonos y después agregué diez más a la flota. Cuando llegué a Equaphon, continué adquiriendo los equipos con mejores condiciones.

En primera instancia yo quería introducir DPA en sets de bandas de rock y pop, de hecho, las primeras experiencias que tuve fueron en cuartetos de cuerdas o sets acústicos en esos tipos de espectáculo. Cuando comenzó a correr el rumor de que tenía DPA, me empezaron a contactar las empresas proveedoras del Teatro Colón y del Centro Cultural Kirchner. Empecé con seis DPA 4099 individuales que ya venían con su amarre de chelo, contrabajo, violín; los compré como venían porque ignoraba cómo era realmente la puesta de esto, así que adquirí amarres sueltos para poder combinarlos. Actualmente tengo 72 micrófonos y 60 amarres de violín, y aunque parezca increíble he llegado a usar 50 amarres de violín en eventos en los cuales tenía dos orquestas, una adentro y otra afuera del Teatro Colón.

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¿Qué fue lo más importante que hiciste con DPA?

El evento más grande que me tocó hacer fue el Festival Únicos, en el Colón, este año. Esto empezó en noviembre del año pasado con un llamado de José Luis Crespo, el operador de Joan Manuel Serrat y me dijo: “Vasco, ¿cuántos DPA hay en Latinoamérica?”. Le contesté: “¿cuántos necesitas?”. “Y por lo menos 56”, me dijo, a lo que le respondí: “Bueno yo tengo 80”. “¡Reservámelos todos!”, me contestó y ahí me pasó todas las fechas.

José Luis no sólo es operador de Serrat, sino que es Master de DPA, es un groso en lo que hace, viene del clásico, no del pop como sus operadores anteriores. Le da otra impronta al espectáculo. El show que hicieron en Plaza Vaticano en Buenos Aires fue espectacular, casi me pongo a llorar de la emoción al escucharlo, en mi vida había escuchado una orquesta amplificada sonando a más de 100 dB, y que suene todo, hasta el roce de la mano en la cuerda. Fue increíble. Ahí me di cuenta de que es muy difícil tener 50 micrófonos condenser abiertos en el escenario y que todo conviva, que no haya acople, que haya mucho rango dinámico, que los pasajes fluyan sin que el operador tenga que correr al master porque se le vino el acople de un lado, o porque un micrófono se movió, o se movió el artista. Eso no existe con DPA.

Cuando empecé a trabajar con orquestas me armé una flota de “Y” (i griegas). Normalmente cuando tenés 70 u 80 micrófonos en la puesta en escena, no tenés una consola que te de tantos canales. Entonces teniendo 10 violines, por ejemplo, los juntas con una “Y”, y podés mandar dos violines por canal, resolviendo con 5 micrófonos. Lo mismo se hace con los segundos violines, con los chelos y con las violas. Por ende, una planta de 60 músicos la podés bajar a 35 canales. Esto trae una degradación porque cuando sumas dos micrófonos a un canal varía la impedancia y hace que cambie la coloratura. DPA es tan zarpado que no tenés diferencia, auditivamente no te das cuenta.

Antes de tener DPA no hacía Orquestas. Sí los tenía en estudio, pero resolves de otra manera. De hecho el mes pasado, aprovecho para contarles, estuvo la Bomba de Tiempo en Romaphonic grabando su primer single, con el DPA d:dicate Surround Kit 5006-11A, DPA 2011, DPA 4006D omnidireccionales, DPA d:facto 4099, auriculares beyerdynamic DT770, entre otros equipos. (fotos en adjunto).

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Volviendo al tema, DPA fue que me llevó a eso, me abrió completamente otro mercado. Es más, me paso al revés de lo que creía, yo pensaba que iba a llevar los micrófonos hacia un lugar y fueron ellos los que me fueron llevando a mí. Eso es justamente lo que hace que yo invierta confiado en DPA, porque sé que me lo devuelve. Esa fue la determinación de invertir en grande.

¿Ahora que conoces DPA y lo que te puede dar un 4099, confiarías en apuntar al mercado del rock? 

Sin dudas, ya me los están pidiendo para percusiones, baterías. La primera experiencia la tuve hace muchos años en el Gran Rex, con Valeria Lynch. Me llama su operador, Murray, y me dijo: “tengo un cuarteto de cuerdas, me estoy volviendo loco, me podés prestar algo?” Y le llevé 4 x 4099. Pusimos los micrófonos, fue a la consola y dijo “toquen”. ¡Casi se le sale la mandíbula! Fue muy cómico.

Obviamente, como con todo, podes encontrar limitaciones. Con La Beriso en el Estadio Único, la orquesta estaba mal ubicada y no nos ayudaba la filtración, pero DPA sigue siendo la mejor opción porque no tenés acoples. Siempre va a estar todo bien. El resultado final de la amplificación es agradar al oyente.

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