Gestión

A meditar y practicar los fundamentos de una buena gestión

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¿La economía, la crisis institucional, la agresividad de la competencia, son las causas de la pérdida de tus clientes, de tus oportunidades, de tus negocios?

¿De verdad tenemos que creer eso? ¿No hay nada que podamos hacer? ¿Los clientes que te abandonaron estaban errados al elegir tu tienda, o te abandonaron por motivos errados? ¿Qué dejaste de hacer o hiciste errado para perderlos? ¡La respuesta para esas indagaciones está íntimamente ligada a los fundamentos! ¿Estás siguiendo los fundamentos de una buena gestión?

¿Qué es fundamento?

Fundamento es sustentáculo, base, cimiento; conjunto de reglas básicas de organización y funcionamiento de una institución, establecimiento, deporte, etc. Ejemplos de algunos fundamentos: la visión, la misión, la cultura, los valores, los objetivos, las metas y el alineamiento con la organización.

Más aún: la ejecución de estrategias, hacerlas realidad, motivación, incentivos, evaluación de desempeño, performance, entre otras cosas. Todo eso, sumado, genera los fundamentos de una buena gestión.

¡Piensa en tus acciones!

Para no complicar las cosas, vamos a convertir esos elementos que generan fundamentos en palabras comunes, palabras que podamos entender:

1. ¿Cómo está la fachada de tu tienda?
2. ¿Y la vitrina?
3. ¿Tus colaboradores están uniformados, aseados, invitando a las personas a interactuar con ellos?
4. ¿La visualización de tus instrumentos musicales es clara?
5. ¿Los equipos están conectados, listos para sorprender a cualquier persona que se atreva a ‘tocar’ los maravillosos instrumentos de tu tienda?
6. ¿El lenguaje de tus colaboradores frente al cliente es claro, estudiado por ti y la dirección de la empresa; o es un lenguaje particular, cargado de individualismo?
7. ¿Y el networking? ¿Te has interesado por buscar información sobre todas las personas que entran a tu tienda? Aún más, ¿ellas salen con datos suficientes sobre ti, el producto de interés y tu negocio?
8. ¿Tu mailing está activo?
9. ¿Y la agenda de tus colaboradores, es particular, individual o es de propiedad de la empresa? ¿Esa agenda existe?
10. En los días de vale y adelanto (mitad del mes) y en los días de pago (comienzo del mes), ¿atacas a tu cliente por medio de las diversas formas de contacto?
11. En las fechas festivas, como Navidad, Pascua, Día del Padre, etc., ¿te vistes de estos personajes para llamar la atención de tu cliente?
12. ¿El flujo de caja de tu empresa es de la tienda o tuyo?
13. ¿Entrenamientos y reuniones de motivación forman parte de tu estrategia para fortalecer la relación con los colaboradores?
14. ¿Tienes una estrategia clara para derrumbar cualquier tipo de ‘subasta’ que tu cliente presente?

¿Diligente o inteligente?

Voy a parar aquí para no generar más confusiones. Existen dos tipos de negocios exitosos: el diligente y el inteligente.

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El diligente es aquel que durante la jornada comercial se apodera positivamente de todos los ítems descritos anteriormente.

El inteligente es aquel que derrumba la jornada comercial, actúa 24 horas por día, siempre con innovación, motivación, competencia y emprendimiento.

Esto genera éxito; el resto, ¡fracaso! Entonces, ¿qué vas a hacer?

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