Gestión
Cuestión de identidad
Aprende por qué algunos negocios tienen la capacidad de atraer más clientes que otros
Cierta vez le pregunté a un proveedor de artículos importados: al final, ¿cuál es la razón de su negocio? La respuesta fue clara, simple y directa: ¡lucro! A pesar de que la sinceridad del empresario es un aspecto positivo que debemos resaltar, no hay cómo negar que el lucro es un factor importante para la supervivencia de un negocio y, ciertamente, debe ser uno de los objetivos de cualquier emprendimiento. El problema está cuando el lucro es la única razón de la existencia de una empresa.
Algunos propietarios de establecimientos preguntarán ¿por qué? Y la respuesta, por más que pueda parecer, puede no ser tan simple de ser asimilada para quien apenas objetiva el lucro. Para entender, basta colocarnos del otro lado del mostrador. ¿Estarías dispuesto a entregar parte de tu dinero a alguien? Por increíble que parezca, uno de los principales motivos para preocuparte por la identidad de tu negocio aparece aquí.
Sin demagogia, es muy raro encontrar a alguien dispuesto a compartir su dinero con otras personas a cambio de nada. Inclusive aquellas desprendidas de bienes materiales realizan la distribución de sus riquezas por algún motivo, por alguna creencia, en fin, un propósito, en la mayoría de las veces, algo noble. Si descubrieras que el único propósito de la empresa, de la cual consumes determinado tipo de producto o servicio, fuera el lucro, en otras palabras, ganar dinero, ¿seguirías siendo fiel al establecimiento?
Piensa bien: el establecimiento que apunta sólo al lucro se limita a tener siempre el menor costo operativo y el mayor margen posible. Eso significa ofrecer por el mayor precio posible un producto o servicio con el menor costo posible. Costo bajo no siempre puede garantizar calidad, ¿no es cierto? ¿Estarías dispuesto a pagar más caro por algo que posee menor calidad? ¡A pesar de que existen algunas personas que piensan diferente, la mayoría se sentiría engañada en una situación como ésa y, por eso, es necesario pensar en ‘identidad’ cuando tenemos un negocio, tener otros motivos para la existencia de nuestra empresa! Al final, nadie se siente motivado en adquirir productos simplemente para hacer que otros tengan lucro.
¿Vamos a almorzar?
Érase una vez cuatro colegas de trabajo. Todas las veces que tocaba la señal sonora del horario de almuerzo se iniciaba la odisea para llegar a un restaurante distante. La razón de recorrer algunos kilómetros no era la falta de opciones próximas. Había varias decenas de establecimientos (restaurantes, cafeterías, bares, etc.) alrededor de la empresa en la que trabajaban. Pero ¿cuál era el motivo por el cual no almorzaban en ninguna de esas opciones cercanas y seguían en la dirección de un restaurante más lejano, enfrentando el tradicional tránsito de una ciudad capital grande? Para cada uno de ellos había un motivo distinto: la posibilidad de tener más platos para elegir, la percepción de mejor cuidado con la higiene por causa del uniforme de los empleados del restaurante, el tipo de clientela que frecuenta el lugar, la forma de ser recibido, la imagen visual del establecimiento, además de, claro, el sabor de la comida.
En fin, eran muchos puntos que hacían que un restaurante fuera el destino correcto para los cuatro colegas de trabajo y los otros establecimientos próximos, de cierto modo, no atendían las expectativas de cada uno de ellos. Esos pequeños puntos son ejemplos de los trazos de la identidad del establecimiento, que son capaces de atraer – o alejar – a los clientes. Eso es tan natural como los trazos de identidad que cada persona posee. De la misma forma que una persona interesada, que desea sólo sacar ventaja, acaba volviéndose indeseable, una empresa que apunta sólo al lucro acaba sin conquistar clientes, mucho menos fidelizar a un público consumidor.
Múltiples campañas
A lo largo de estas páginas has visto diversas marcas y sus campañas para reforzar la identidad de las mismas y qué valores ellas asumen como propios. Para ser competitivo, es importante descubrir cuáles son los verdaderos valores de tu empresa. ¿Cuál es tu vocación? Además de garantizar tu sustento, ¿cuál es la razón de la existencia de tu empresa? ¿Qué está la misma dispuesta a hacer por el cliente?
Luego de descubrir los principales valores de tu empresa, no sirve de nada guardarlos para ti mismo. Es importante saber comunicar tu identidad. Invertir en una identidad visual alineada a tus valores es fundamental para garantizar una imagen profesional. Por esa razón, de la misma forma en que es muy raro encontrar a alguien que desee distribuir su dinero a personas interesadas, sin demagogia, es difícil encontrar a algún reclutador capaz de contratar a una persona descuidada, que se presenta a una entrevista de empleo vistiendo ropas inadecuadas al cargo para el que está postulándose, por ejemplo.
Si deseas tener buenos resultados, busca un buen designer para desarrollar tu material. Al final, hechos son negociables. ¡Percepciones, no!