Los acuerdos frente a la crisis
Los acuerdos frente a la crisis
Qué hacer para sentirnos mejor en un contexto de grandes cambios económicos
Frente a un mundo convulsionado por grandes cambios económico-financieros, nosotros tenemos tres grandes alternativas: Creemos todo lo que dicen los medios y sus comentaristas económicos. Pero esta actitud es riesgosa, si no estamos seguros de quiénes son los que “nos dicen”, y con qué fines…; negamos todo: aquí no ha pasado nada, y la vida continúa igual. Partiendo de la base de que es muy difícil saber qué está ocurriendo realmente, y predecir cómo va a desarrollarse la crisis en el futuro, nos concentramos en nuestras propias realidades: nuestra empresa, nuestros proyectos.
¿Hay algo que podamos hacer, para estar mejor? Sin duda.
Elaborar un plan de contingencias macro-económicas
Enumerar cada uno de los eventos económicos que podrían incidir en nuestra realidad (inflación, recesión, aumento de la tasa de interés, reducción de las exportaciones, modificación del valor de las monedas extranjeras, etc.). A cada uno de esos eventos, atribuirle una calificación, en cuanto a su posibilidad de ocurrencia en el corto plazo.
Analizar el impacto de cada uno de esos eventos frente a nuestra propia economía. Y por último determinar medidas a tomar.
Elaborar un plan de contingencias micro-económicas
Ahora, miremos para adentro. Veamos cuáles son los riesgos que corremos en nuestra propia organización, o en función a nuestros propios proyectos. A título de ejemplo: falta de una persona clave, por fallecimiento, enfermedad o renuncia; efectos particulares de alguna de las contingencias macro-económicas; conflicto con alguna persona significativa; dificultad con el entorno de relaciones económicas y/o profesionales.
Ejercer efectivamente el liderazgo
Frente a situaciones de incertidumbre, todas las personas necesitan saber que alguien tiene definida una dirección a tomar. Cuanto más claro sea el liderazgo en una organización, menos espacio habrá para la angustia, para la sensación de inseguridad o el abatimiento. Pero el liderazgo no es, exclusivamente, tomar decisiones en soledad y luego comunicarlas. En muchas circunstancias, la manera efectiva de ejercer el liderazgo consiste en celebrar más reuniones con los colaboradores cercanos, escuchar y entender sus propios miedos, y ayudarlos a tener un pensamiento positivo, incluso, frente a la incertidumbre.
Evitar que las crisis externas se conviertan en crisis internas
Muchas veces, las crisis empresariales y las crisis matrimoniales reconocen un origen en común: alguien toma decisiones que no debate y no comunica, y, cuando el rumbo elegido no resulta exitoso, vienen los reproches, y con ellos, quizás, una separación definitiva. En estos campos no es conveniente correr riesgos. Cuanto mejor sea la comunicación, y mayor sea el debate, respecto de las medidas a tomar, menor será el riesgo de ruptura en nuestro ámbito de pertenencia. “Debate” significa poder escuchar las diferentes posiciones. Y si no llegamos a una visión compartida y a la fijación de objetivos en común, será necesario encarar una serie de acciones tendientes a achicar las distancias.
Los acuerdos empresariales y familiares
Por más apurados que estemos en la toma de una decisión determinada, registrar el disenso, o la falta de convicción de quienes nos rodean, es fundamental para encarar un camino compartido. Lamentablemente, nuestra cultura desprecia muchas veces los pasos necesarios para que esos acuerdos se realicen. Parecería que ejercer un cierto poder significa actuar como una suerte de autómata, desentendido de las personas que forman parte de la organización. Si nos proponemos escuchar efectivamente, y encontrar los caminos del consenso, vamos a registrar un cambio significativo en los resultados: podremos, entonces, buscar una visión unificada, que es algo así como determinar cuáles son los sueños que vamos a perseguir.