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Neuroventas: 4 preguntas que tu cliente necesita oír

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La venta es un proceso de liderazgo, y no me refiero a liderar un equipo. Un buen vendedor necesita, sobre todo, saber liderar al cliente, de modo que éste sea conducido hacia el resultado esperado.

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*Por João Marcelo Furlan
Presidente de Enora Leaders, empresa de educación corporativa especializada en aceleración de resultados, y director de regionales de la Asociación Brasileña de Recursos Humanos (ABRH). 

João Marcelo Furlan

Eso demanda técnica de persuasión, lo que, al contrario de lo que todo el mundo piensa, se trata nada más de presentar opciones para que una persona decida sobre algo. Principalmente frente a la crisis, escenario que exige adaptación y agilidad para lidiar con los constantes cambios, saber comunicarse se vuelve una herramienta importante durante una negociación. Y un vendedor que se comunica bien, inevitablemente, hace las preguntas correctas en los momentos correctos para conducir al cliente a algo que sea ventajoso para ambos. Aunque sea algo que todos hacemos desde pequeños, preguntar exige técnica cuando el asunto es el mundo de las ventas.

¿Neurociencia en las ventas?

Una técnica importante en los días de hoy, época en la que el cliente exige más que sólo información sobre el producto, es la neurociencia, al final nuestro cerebro tiene 86 billones de neuronas, siendo que cada una de ellas es capaz de hacer 15 mil conexiones. Toda esa teoría, en realidad, es apenas para mostrar cuán compleja puede ser la mente de un comprador. Pero, ¿cómo interpretar lo que el cliente está pensando para ofrecerle la solución ideal? ¿Por qué él te visitó, acabó no comprando nada y desapareció en determinado momento?
La respuesta a esas preguntas puede estar exactamente en las preguntas hechas, en la manera en la que el vendedor interpreta la necesidad de los clientes. El cuestionamiento correcto en el momento correcto agrega valor al producto o servicio, ayuda en el cierre del negocio y evita que el comprador desaparezca. Los profesionales de ventas necesitan proporcionar al comprador un ambiente agradable, con información que, de hecho, tenga sentido para el mismo. Eso activa los neurotransmisores del bienestar, como dopamina, citosina y serotonina, y finalmente colaboran con el cierre de la negociación.

¿Qué tener en cuenta?

Para ayudar a las empresas a tener una venta más asertiva, preparé un paso a paso con los diferentes tipos de preguntas y sus respectivas fases, instrumentos tan fundamentales en la técnica de neuroventas:

1 – Pregunta Abierta: Ese tipo de pregunta debe ser usado al inicio del abordaje, para entender los principales intereses del cliente. Ella puede ser empleada en los contextos de: amplio y dirigida. Una pregunta amplia (en la línea de “¿Cómo andan los negocios?”) permite que el cliente hable sobre ventas, atención, empleados, etc. Si no obtuvieras el resultado esperado, debe ser seguida por una pregunta dirigida (“¿Ha alcanzado sus metas?”, por ejemplo), que puede hacer al cliente dar una declaración sobre el tema de interés.

2 – Pregunta de Reformulación: Después de la primera fase, el vendedor debe escuchar claramente lo que el cliente le pasó sobre el tema al que se dirigió y, entonces, reformular la pregunta para extraer más detalles. En ese punto, es importante definir datos convergentes y divergentes para seguir la conversación. Un convergente puede ser obtenido con preguntas como “¿Cuáles son los principales productos que le están garantizando un buen resultado?”, lo que puede abrir una gama de posibilidades para que el vendedor ofrezca soluciones que satisfagan la expectativa del comprador. Ya un cuestionamiento divergente, del tipo “¿Por qué usted cree que los otros productos no están vendiendo tan bien?”, permite que el vendedor evidencie escenarios que no favorecen al cliente y hay que evitarlos en cualquier propuesta.

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3 – Pregunta Cerrada: Es utilizada en la fase final de la investigación, cuando el vendedor ya ponderó lo que es más o menos indicado y qué solución puede ofrecer, capaz de agregar valor al cliente y, al mismo tiempo, de generar una buena venta. En esa etapa, el profesional que conduce la negociación puede usar casos comparativos para que el comprador indique una u otra alternativa. Con preguntas como “Si yo le ofreciera ese producto que ya está vendiendo bien, con más plazo o descuento en efectivo, ¿Usted se interesaría en comprar en mayor cantidad?”, el vendedor pasa a construir un producto que va a agregar valor, ya con una propuesta “validada” por el cliente.

4 – Pregunta Dirigida: Es la pregunta conclusiva, utilizada cuando el vendedor hace una propuesta clara para el cliente, para que éste responda de forma positiva o negativa: “Ofrezco este producto, a pronta entrega, con descuento en efectivo y una bonificación más si cerramos hasta mañana. ¿Qué opina?”. Esa pregunta es, en realidad, un cierre para que el comprador tome la decisión, pues el vendedor ya llegó a su mejor propuesta después de saber cuál es la mejor alternativa para el cliente.

Al final de esos cuatro pasos, el profesional de ventas difícilmente va a encontrar al comprador con una posición abierta por mucho tiempo. Como hizo uso de la neuroventa para identificar las necesidades y ofreció la mejor propuesta posible, un retorno negativo del cliente probablemente indica que él tiene otras prioridades, mientras que un retorno positivo comprueba un trabajo con preguntas bien hechas y antecede el cierre del negocio.

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