¿Tu producto es realmente lo que el mercado desea?

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*por Thiago Chueiri
Director de Desarrollo de Negocios de PayPal Brasil

Producción y marketing son importantes, pero ¡la confianza también lo es!

¿Conoces al autor norteamericano llamado Jerome McCarthy? Es de él el concepto de Marketing Mix, ya en la década de 1960 (después super democratizado por Philip Kotler). Según él, cualquier emprendedor con visión de largo alcance debe se atener a cuatro P: Producto, Precio, Plaza y Promoción. Explicando con claridad, él establece que las empresas que más se desarrollan en el mercado son aquellas que pasan por un proceso de planificación constante. Parece obvio, pero el camino que lleva a esa capacidad de estar siempre presente en el mercado con tus productos es un arte complejo. La premisa vale para grandes empresas y aún más para las PYMEs.

Repiensa la pregunta que abre esta nota: ¿realmente tienes el producto o servicio adecuado a las expectativas del público? ¿Estás en duda? Pues entiende que, para vencer en el mercado, es necesario juntar ambas puntas: consumidor y producción. Para eso, precisas probar, adaptar y ajustar tu producto/servicio para, ahí sí, conquistar consumidores. Esto es porque, más que en cualquier otra época, la competencia se hizo gigantesca — recuerda que el mercado nunca fue tan global como ahora — y nuevas tecnologías surgen todos los días para complicar aún más el panorama. 

Ten en cuenta, por lo tanto, que aquel modelo tradicional de empresa típica del siglo pasado, capaz de crear productos/servicios por iniciativa propia y salir al campo sólo para venderlos, ya está bastante caduco. Sin identificar las necesidades y las demandas del público objetivo (que debe ser definido antes de cualquier otra cosa), no hay grandes chances de éxito en el mercado actual. Es ahí que entra otro concepto que me gusta mucho: las cuatro A de Raimar Richers, consultor de empresas nacido en Zurich, Suiza. Ellas son Análisis, Adaptación, Activación y Autoevaluación, que se refieren más al marketing de un producto que a la producción en sí.

Para él, es necesario, antes de todo, identificar los diversos players y stakeholders y sus interacciones con la empresa, a través de una investigación de mercado y sistema de información en marketing. Acto seguido, adecuar las líneas de productos o servicios al ‘medio ambiente’ identificado luego del análisis de los datos recolectados en la investigación. Aquí Richers enumera diseño, embalaje, marca y precio, entre otros factores que pueden marcar la diferencia a la hora de llevar un producto/servicio hacia fuera de la empresa. Y también reflexiona sobre la importancia de un servicio posventa de calidad.

Un punto fundamental para el éxito es la activación del producto/servicio, que depende, según el especialista, de la selección de los canales para distribución, de la logística (la cual comprende entrega y stock) y de una buena comunicación (que tiene en cuenta la publicidad propiamente dicha y también la promoción de ventas, un eficaz sistema de relaciones públicas y, en menor grado, merchandising). Finalmente, mantener todo eso en régimen de evaluación constante. Es lo que Raimar Richers llama ‘auditoria de marketing’.

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Pero atención: no sirve de nada saber qué es lo que el consumidor quiere si tú no eres capaz de crear productos/servicios con diferenciales claros o exclusivos, y, por consecuencia, mejores que los ofrecidos por la competencia. Además, con la ruptura de paradigma patrocinada por el concepto de ‘consumo consciente’, es necesario fomentar también el compromiso genuino de todas las áreas de tu empresa para atender a este nuevo consumidor — muchas veces más relacionado a la cultura de la empresa que a sus productos/servicios en sí.

La verdad es que nunca fue tan complejo trabajar el mercado como ahora. No basta producir con calidad comprobable, sino también ser 100% confiable. He aquí una tarea que mantendría a McCarthy y Richers ocupados por varios años.

 

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