Reflexiones de un mercado
Opiniones sobre el mercado de hoy y qué podemos hacer para mejorar nuestro negocio
– ¿Qué sucedió? ¡No hace mucho tiempo atrás tenía la mejor tienda del mercado!
– ¿Qué paso? ¡No hace mucho tiempo atrás tenía la mayor distribuidora del mercado!
– Wow! Y yo, que no encuentro un buen vendedor para terminar mi stock?!
– ¿Y los márgenes de beneficio? ¡Se han ido!
– ¡Amigos! ¿Qué haremos?
No, no estoy hablando del mercado de instrumentos, ni del segmento de autopartes, ni nada por el estilo. Estoy simplemente repitiendo la situación en algunos países en los últimos años.
Es increíble cómo se nota un conformismo nunca antes visto en todos los sectores del comercio. ¡Por supuesto! Es más interesante contratar una mano de obra barata, pues allí los márgenes, ya pequeños, por lo menos se mantienen. ¡Y a quién le importa la economía de escala! “Después de todo, siempre fui el más grande y el mejor en lo que hago”.
Y es también más interesante observar que “el arroz y los frijoles” poseen márgenes pequeñitos, pequeñitos, pero venden. Ya nuevos caminos, o la diversificación, o inclusive la búsqueda de cambios en las estrategias y en la estructura comercial no van a traer ni añadir nada.
“¡Ya sé! ¿Qué tal vender en Mercado Libre o en Amazon? “¡Sí! ¡Bueno! Y vamos a alimentar ese mercado sólo con todos los productos de nuestra curva A. De esta manera se sabe cuáles son los productos más vendidos y también pueden ser nuestros competidores ¡mañana! ¡Sensacional! ¡Fuera los competidores ilegales y legales que importan y venden directo – publicidad gratuita!
“¡Oh! Pero si no tenemos un sistema de venta en línea, ¿cómo lo haremos?”
¿Y qué tal invertir?
Los países están mejorando, ¿no? Pero, ¿y tu estructura? ¿Está preparada para eso? ¿Tu tienda sigue las tendencias globales? En las ferias de negocios extranjeras podemos ver todos los lanzamientos, las tendencias del mercado (no se puede tomar fotos de éstas) y hacia dónde apuntan. El último NAMM fue un tremendo éxito y el mercado global parece calentado.
“¡A quién le importan las tendencias! Lo que importa es negociar mis compromisos siendo contenido, tímido… Ops, mejor dicho, conservador, más seguro. Después de todo, nadie sabe lo que va a suceder este año”.
¿Qué tal invertir?
“¿Invertir en qué? ¡Estás loco! ¿Para perder aún más?”
Sí, de hecho la marea tiene un ejemplo interesante a ser observado. Baja o alta, ella siempre está allí. Los tiempos han cambiado, pero el ser humano (incluido yo) parece haberse “atontado”.
¿Para qué invertir en la calificación de mano de obra si ésta nunca tendrá el debido reconocimiento financiero? Ya que tradicionalmente (adoro esa palabra, que sirve sólo para algunas cosas) los vendedores de nuestro segmento de hecho no son vendedores y si “no son” vendedores ¿por qué remunerarlos bien? ¿A quién le interesa capacitar si eso significa “aumentar el costo”? ¿A quién le interesa invertir si el desánimo es general? Pocos son los visionarios que ven en el trabajo la manera más inteligente de perseverar. ¡La resiliencia de nuestro segmento es asombrosa! En el mal sentido. Es sorprendente ver que todavía somos “uno para mí y todos para mí”.
Elegir cambiar
El principio del cambio es de adentro hacia afuera. Cambiar es entender que las cosas no serán como antes (por eso cambiar). Retener verdaderos valores significa compilar casos de éxito y no es un dispendio o un “gasto”. Invertir en la verticalización de tu negocio con un stock del tamaño de un elefante no es el camino más apropiado. Acabar con la tradición (allí va esa palabra de nuevo) de hacer de las compras un paseo delicioso, no lo veo como provechoso al mercado. Así como sentarse a una mesa cada día, cobrando a tus vendedores la venta descalificada y apenas rutinaria, sin transformar tu establecimiento en un lugar donde se tenga una “experiencia”; peor, esperar que la cadena de suministro lo haga por ti, tampoco va a aumentar tus beneficios ni tu rentabilidad.
Ver el negocio como una manera de multiplicar el patrimonio, explorar fronteras económicas con seguridad no requiere mucho. Es necesario, compromiso, buen equipo, estructura pequeña pero eficiente, logística acelerada, outsourcing administrativo/financiero, si es el caso.
El mayor diferencial es el valor que damos a cada “parte” de la empresa para obtener el máximo rendimiento, y este valor asignado a cada departamento permite realizar mejores negocios y fomentar asociaciones en todos los frentes, desde la compra hasta la recepción. Explorar la diversidad tributaria y las ventajas colectivas obtenidas por medio de asociaciones o cooperativas también es de suma importancia para el camino del éxito.
¡No tengas miedo de una consultoría! Tal vez el equipo consultivo y gestor de tu proyecto vea situaciones y oportunidades para mejorar el desempeño de tu negocio. Como, por ejemplo: distribución del sistema ERP o CRM, tercerización del departamento financiero. Y con la economía obtenida en esas acciones, ¿qué tal enfocarte en lo que es el propósito de tu negocio: vender? ¿Qué tal contratar una mano de obra más eficiente? ¿Un gestor más capacitado o entrenar a tu actual equipo dándoles la posibilidad de hacer cursos, postgrados y otros estudios? Ponte en contacto conmigo si deseas más información. ¿Y qué tal suena “invertir” ahora? ¿Tradicional?