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Yamaki Colombia: entre el importado y el nacional

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La colombiana Yamaki lucha contra las incertidumbres del cambio, poniendo fichas en una eficiente estrategia financiera

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Uno de los grandes desafíos con que se enfrentan en la actualidad tanto la industria musical como la luminotécnica tiene su epicentro en la eterna lucha entre los defensores de la importación a ultranza y quienes apuestan por las industrias nacionales o por la integración regional. Algunos podrán argumentar que es imposible competir con los precios chinos o la calidad euro/norteamericana.

Otros, dirán que solamente con el desarrollo sostenido de las industrias locales se podrán alcanzar los estándares internacionales de precio y calidad, fortaleciendo al mismo tiempo las industrias regionales y bajando las tasas de desempleo. Para analizar esta compleja dicotomía es que tomaremos como ejemplo a Yamaki, una empresa colombiana que cuenta no sólo con 23 años de experiencia en el rubro, sino que –además- se dedica tanto a la fabricación como a la importación de productos.

Yamaki fue fundada en 1985, con la intención de fabricar amplificadores de audio en Colombia. Durante los primeros diez años se dedicó a fabricarlos de manera artesanal, así como a la venta e instalación de equipos de audio. Al cumplir su décimo año de vida, la empresa inició una nueva etapa luego de un cambio en su conformación accionaria. A partir de ese momento comenzó un trabajo de actualización tecnológica cuyos primeros resultados llevaron a la empresa a ser una de las señeras en Colombia.

En los últimos diez años Yamaki ha mostrado un crecimiento importante, especialmente en la importación y distribución directa de productos terminados como micrófonos, amplificadores, bafles, mezcladores, luces, cables, etc. Todo esto redundó en que la empresa acumulara un crecimiento del 250% en los últimos cinco años.

Los ejes centrales que cimentaron este interesante desempeño fueron el manejo financiero de sus costos, el fortalecimiento de la red de distribuidores y el haber sido elegidos como representantes exclusivos para su país de marcas como AKG, Shure y QSC.

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En una economía como la colombiana, tan sesgada por la coyuntura política; en una economía en la que la posible implementación de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos amenaza la supervivencia de la gran mayoría de las pequeñas y medianas industrias de capital nacional –a la luz de los antecedentes que este tipo de acuerdos tienen en otros países de la región- la importación se está convirtiendo en el mecanismo que muchos empresarios adoptan para afirmarse en un mercado cada vez más competitivo.

Por eso, lograr descuentos especiales por volumen de compra –y así poder ofrecer precios que permitan ganar lo suficiente a todos los miembros de la cadena de distribución- no es una tarea sencilla ni poco riesgosa.

Como tampoco lo es mantener un gran stock de mercadería que evite perder cualquier oportunidad de venta. Especialmente para las empresas que dependen de una manera tan directa de las fluctuaciones del mercado cambiario de las divisas extranjeras. Sustituir productos fabricados por uno mismo por sus similares importados, o bien sustituir partes fabricadas por terceros del mercado nacional o regional por otras importadas (por ejemplo, de los gigantes asiáticos) es una buena manera de bajar los costos; pero también se paga por ello un alto riesgo, ya que las obligaciones crediticias pueden forzar a una liquidación anticipada de mercadería a un tipo de cambio inconveniente; o bien que, al realizar una importación de grandes dimensiones, la misma se liquide a un precio determinado y al poco tiempo la caída en la cotización de la moneda de cambio genere pérdidas imprevistas y caída en la competitividad.

A pesar de estos factores, Yamaki ha tenido un crecimiento cercano al 28% durante el año 2007, según estimaciones de su gerente técnico, el ingeniero Guillermo Rueda Robles. Cuando le preguntamos sobre qué productos se vendieron mejor y cuáles no alcanzaron a cumplir sus expectativa, el Ingeniero nos respondió que durante el 2007 y principios del 2008 los micrófonos para instalación, inalámbricos de líneas básicas y micrófonos de uso masivo, así como los amplificadores de potencia de series bajas y para instalación, los bafles para instalación y accesorios como bases de micrófono, trípodes para cabina, cables y conectores y sistemas line array para instalaciones fijas fueron quienes se están llevando todas las palmas.

Por el otro lado, la respuesta del mercado a los paneles de leds, estructuras para eventos, sistemas in ear y micrófonos resultaron, desde su óptica, decepcionantes. “Hay muchas empresas de eventos que importan directamente productos de China a precios muy bajos y también existen otras marcas profesionales que fabrican sistemas in ear y micrófonos de estudio con precios más competitivos que los nuestros”, reflexionó el ingeniero.

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Por eso, para una empresa con las características de Yamaki, la sintonía fina de sus políticas es una de las tareas más importantes a la hora de enfrentar los contratiempos. Estando tan ligada a la variable “dólar”, y ante una constante reevaluación del peso colombiano frente a la divisa norteamericana, Yamaki optó por bajar sus créditos en el exterior al mínimo indispensable.

El otro gran monstruo que los amenaza desde las sombras es el contrabando. La solución que encontraron para combatirlo es tratar de tener un precio tan bajo que la diferencia con la mercancía ilegal sea lo menor posible. ¿Cómo? Negociando contenedores directos de fábrica.

Si bien Yamaki cuenta con una empresa radicada en los Estados Unidos, por el momento no planea invertir en otros países. Proyecta, sí, crecer dentro de Colom-bia, donde antes de 2009 planean montar una sala de exhibición completa de las marcas que representan, en una ambiciosa inversión que rondará los 450 mil dólares.

Edgar Tato Rincon, gerente comercial de Yamaki

Todavía hay metas difíciles que alcanzar. Se debe educar al público consumi-dor para que comprenda tanto la importancia de animarse a invertir en sistemas con tecnología de punta así como la importancia que poseen la calidad y garantía de los productos que compran. Una iniciativa de la empresa fue la de dictar seminarios de productos en cada ciudad principal del país.

Pero no sólo el público debe ser capacitado: todavía existe un alto porcentaje de almacenes donde se venden estos productos que necesitan profesionalizarse en el mercado del audio.

Yamaki es una empresa que busca estar en contacto permanente con sus distribuidores y clientes finales; conocer cuáles son los productos que necesitan y a qué precios. “Vive y deja vivir”, parece ser la consigna: mantener precios competitivos que permitan ganar lo suficiente a los distribuidores; y a los clientes finales, recibir soluciones efectivas a su alcance económico.

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Yamaki en detalles:

Crecimiento de ventas 2007: 28%

Crecimiento de ventas en los últimos cinco años: 250%

Marcas exclusivas: AKG, Shure y QSC

Principal proyecto futuro: montar una sala de exhibición de las marcas que representan, con una inversión de 450 mil dólares.

 

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