El arte de improvisar

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El arte de improvisar
Conocer profundamente su producto es todavía el mejor camino a la hora de venderlo. De esta manera, la atención resultará más dinámica y exitosa

En el mercado de instrumentos musicales, frecuentemente se nos piden informaciones, datos, características o funcionalidades de los productos que representamos o vendemos en nuestra tienda.
Con el crecimiento vertiginoso de la tecnología, se lanzan productos con frecuencia y, aquellos que actúan en el área de atención  y ventas de esos equipos siempre deben estar actualizados  en relación a esos lanzamientos
Esa es una misión casi imposible, pero que sigue siendo una de las características diferenciales entre aquel que simplemente ‘está’ en el área de ventas y aquel que realmente ‘es’ un profesional de ventas.

Como una disculpa fallida, algunos vendedores se vanaglorian diciendo que, cuando se les pregunta sobre algo que no saben, improvisan alguna respuesta en la tentativa de ‘enroscar’ al cliente.
Pero ocurre que ‘improvisar’ no es ‘enroscar’.

Muchas veces, escuchamos a la gente hablar de lo “imprevisto” en forma peyorativa o sin conocimiento de sus sentidos diversos, lo que termina convenciéndonos de que la improvisación no es recomendable.
La palabra imprevisto significa: de repente, súbitamente, sin preparación previa, pero también remite a la improvisación: un verso, discurso o composición musical que se improvisa.

Sin embargo, lo que mucha gente no entiende es que improvisar no significa hacer las cosas de cualquier manera, sin ninguna preparación para hacer o resolver las cosas en el momento en que se presentan. Improvisar no es hacer una  ‘gambeteada’ o ‘atar con alambre’ pues si analizáramos ese ángulo, lo improvisado terminará convirtiéndose en un error.
Para conseguir improvisar con calidad en determinada área, necesitamos conocerla a fondo, y cuanto más información y conocimiento adquiramos sobre ese negocio, más eficiente será nuestra improvisación.
Antes de improvisar es preciso conocer y dominar.

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En el estudio de la música, por ejemplo, existen materias que tratan exclusivamente de la técnica de la improvisación, en las que aprendemos conceptos prácticos y teóricos que nos permiten realizar una improvisación en determinada canción o armonía. Sin embargo, es justamente en el arte de la improvisación que existe mayor dificultad por parte de los estudiantes de música, pues mucha gente tiene aprensión de crear algo propio, inusitado y fruto de sus propias ideas y emociones.

Para que un músico pueda improvisar, necesita saber cuál es la tonalidad de la canción, cuál es el campo armónico, cuáles son las variaciones de los acordes, las posibles escalas utilizadas, los modos, y tantas otras cosas. Sabemos que algunos músicos improvisan de una forma intuitiva, incluso sin conocimiento teórico-musical. Aun así, existe mucho conocimiento práctico utilizado.
Forma parte de la improvisación musical el dar rienda suelta a la intuición, a la creatividad, a la percepción, a dejar la imaginación fluir sobre el tema a ser improvisado. Sin embargo, nuestra intuición, percepción y creatividad se afinan en la misma proporción en la que incrementamos nuestro conocimiento sobre el asunto,

En un curso de oratoria, un concepto básico recomendado es que usted debe atreverse a hablar imprevistamente sobre temas que previamente domine.  Es decir, para improvisar es necesario dominar.
Aquel que no conoce a fondo su área no consigue improvisar, ni hacer la diferencia, ni llevar a una discusión, ni siquiera lidiar con situaciones inusitadas, en las que el cliente pregunta sobre un producto de una forma diferente o hace un cuestionamiento fuera de lo obvio.

En el área de ventas existen los populares scripts (guiones); se crea un verdadero juego de preguntas y respuestas y el vendedor recibe un guión para responder a cada cuestionamiento efectuado por el cliente. Muchas veces, percibimos que todo aquello fue aprendido de memoria o está siendo leído frente a nosotros o del otro lado de la línea telefónica. 

Los scripts son herramientas muy positivas en ventas, que nos colocan en el camino correcto, pero es necesario lograr interpretar, escenificar y dar vida a la información contenida para que la atención no parezca ‘robotizada’. Si el vendedor no conoce bien su mercado o su producto, terminará ‘bloqueado’ frente a una situación que escape a ese guión. 

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No basta tener la información, precisamos tener dominio sobre ella. Existen muchos profesionales domesticados y pocos verdaderamente capacitados. El domesticado sólo sabe responder que dos mas tres es igual a cinco (2+3=5), pero si el cliente le preguntara cuanto es tres mas dos (3+2=?), se perdería porque esto no figura en el script.

Para huir del script, e improvisar, innovar, salir de lo obvio, es necesaria mucha preparación. Así, concluimos que improvisar no es hacer las cosas de cualquier manera.  
Conozca a fondo su negocio y los productos que representa!

Una buena técnica para mejorar la atención en su tienda es hacer lo que llamamos ‘Teatro de las Ventas’, en el que uno de los vendedores toma el papel de cliente, simulando interés por determinado producto y hace preguntas de las más variadas, a fin de verificar como está nuestra habilidad real de ‘atención ’ de las necesidades del cliente, y no la de ‘enroscarlo’.

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